16/10/2016

Argentina

Detienen a un hombre de 61 años como el tercer sospechoso en el crimen de Lucía Pérez

Se trata de Alejandro Alberto Maciel, quien está acusado de haber colaborado en el encubrimiento de la violación y el crimen, borrando las huellas del hecho.

Un hombre que tenía pedido de captura por estar sospechado de haber participado indirectamente en el crimen y violación de la joven Lucía Pérez fue detenido en las últimas horas por la Policía en un hotel de Santa Clara del Mar, informaron fuentes de la fuerza.


Se trata de Alejandro Alberto Maciel (61), quien será indagado en las próximas horas por la fiscal a cargo de la causa, María Isabel Sanchez, como sospechoso de haber encubierto el homicidio.


Sánchez había pedido la captura de Maciel porque entiende que al menos colaboró con Matías Farías (23) y Juan Pablo Offidani (41), los otros detenidos acusados de ser coautores de la violacióon y el asesinato, en los preparativos previos al traslado de la menor hasta el centro de salud de Playa Serena, donde los médicos la asistieron pero no pudieron reanimarla.


Fuentes policiales informaron a Télam que el hombre fue detenido minutos antes de la medianoche en el establecimiento hotelero conocido como “Central Park”, ubicado en la calle Acapulco al 400 de esa localidad bonarense, distante a 18 kilómetros de Mar del Plata. Maciel está acusado de "encubrimiento agravado" en la causa caratulada por la fiscal Sánchez como "homicidio agravado criminis causa y abuso sexual seguido de muerte".


Según las fuentes, el sospechoso había prestado colaboración a los presuntos autores materiales, identificados como Matías Gabriel Farías (23) y Juan Pablo Offidani (41), para intentar disimular las causas del deceso de la adolescente, quien fue lavada antes de ser llevada a un centro asistencial.



El viernes último su domicilio fue allanado y si bien él no estaba, se halló un invernadero dedicado al cultivo de marihuana, agregaron los voceros.


Aun cuando se sigue reclamando que testigos se acerquen a tribunales para aportar datos que pudieran ser de interés para la causa, la pesquisa estaría con todos o mayoría de los sospechosos identificados.


Ayer se cumplió la primera semana de investigación y resta de aquí en más que lleguen los resultados de peritajes genéticos que permitirán cotejar evidencia con muestras tomadas a los acusados, todos con cargos cuya pena prevista es la prisión perpetua.


En paralelo al trabajo de los investigadores se hizo más fuerte el reclamo de justicia tanto de la familia de la menor como de la población en general. Ayer unas cuatro mil personas participaron de dos marchas para pedir por el esclarecimiento de la muerte de Lucía y una dura condena para los responsables.


Previo a la segunda de las marchas, que fue la más concurrida y tuvo como epicentro las puertas del palacio municipal, el padre de la víctima, Guillermo Pérez, sufrió una amenaza de muerte de parte de dos jóvenes armados que pasaron en una moto frente a su casa. Antes ya había recibido mensajes telefónicos de similar tenor en su domicilio particular.


"No tenemos miedo", dijo el papá de Lucía, que hizo la denuncia policial sobre lo sucedido. Su hijo Matías, de 19 años, reclamó custodia policial para su padre y demás integrantes de la familia ante estas presiones. "No nos vamos a callar", prometió.


De acuerdo a la reconstrucción que pudieron hacer desde el Ministerio Público Fiscal, la víctima tomó por primera vez contacto con Farías y Offidani –que se presumen serían dealers– el viernes 7 de octubre cuando una amiga se los presentó dado que quería comprar marihuana.


Al otro día, y tras adquirir la droga, la hipótesis de Sánchez es que la menor entabló una relación amorosa con el joven de 23 años, quien aparentaba ser de menos edad, y por ese motivo se dirigió voluntariamente a su casa, ubicada en la zona de Playa Serena.


Allí –y de acuerdo a los elementos que fueron colectados durante el allanamiento- Offidani y Farías le dieron marihuana y cocaína en grandes cantidades.


Para la fiscal a cargo de la investigación, pese a que la adolescente se dirigió voluntariamente a esa vivienda, una vez en el lugar “fue presa de la voluntad de los autores del hecho”.


En la escena del crimen fueron hallados una gran cantidad de preservativos y los pesquisas creen la violación no fue perpetrada por una persona sino por al menos dos o más, dado el corto lapso del tiempo transcurrido entre su arribo y su traslado a un centro de salud.


En cuanto al causal de muerte, el deceso de la joven se produjo tras ser abusada en numerosas ocasiones y vejada con algunos objetos.


La fiscal Sánchez dijo que la muerte fue por un "reflejo vagal" como consecuencia directa de “un violento abuso sexual” con uno de esos objetos. ellitoral.com diario26.com




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