06/04/2017

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Un monja fue violada, quedó embarazada y ahora demandó a la Iglesia

La hermana Francisca era monja de claustro cuando fue violada por un hombre que ingresó al convento. Su orden no le creyó sobre la violación y la presionó para que abandonara los hábitos.
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La hermana Francisca fue violada, quedó embarazada y ahora demandó a la Iglesia.

La hermana Francisca era monja de claustro cuando fue violada por un hombre que ingresó al convento a hacer arreglos, informó BBC Mundo. En lugar de apoyarla, su orden no le creyó sobre la violación y la obligó a abandonar el convento.

Su tormento comenzó un dia del 2012 en el que le pidieron que se hiciera cargo de la alimentación del grupo de hombres que harían reparaciones en el convento donde estaba enclaustrada, en pleno corazón de Santiago de Chile. Desde entonces "empezó mi calvario", contó al canal local TVN.

La madre superiora había autorizado que una cuadrilla de hombres se quedara a dormir en el convento para realizar los trabajos. Francisca se hizo cargo de ellos. Pero un día y aprovechándose de que no se sentía bien, uno de los hombres, Hernán Ríos Valdivia, la llevó a una habitación y la violó.

Fue "un golpe aterrador que me dio vuelta mi vida", relató, cinco años después del hecho. Traumatizada y con miedo a que nadie le creyera, la hermana Francisca no contó lo ocurrido.

"Uno como mujer se siente incapaz de hablarlo, con el miedo de te lo van a creer, no te lo van a creer, con amenazas. Y preferí callar", contó la monja.

Sin embargo, tres meses después del ataque descubrió que estaba embarazada. Y al enterarse, sus compañeras del convento no le creyeron que había sido violada. "Me calumniaron, me dijeron que yo era culpable, que yo lo hice a propósito", denunció la monja.

"Busqué, pedí, supliqué, les dije que era inocente. Mis hermanas fueron muy crueles conmigo". Desde entonces la encargada del convento comenzó a perseguirla para que dejara el hábito y firmara su renuncia "voluntaria" a la orden. Sin embargo, Francisca se negó.

Como nadie creyó su versión e incluso la acusaron falsamente de robo, según su testimonio, Francisca decidió dejar el convento con lo puesto.

Con la ayuda de fundaciones que la ampararon, Francisca dio en adopción al bebé y denunció lo ocurrido ante la Justicia. En noviembre de 2015, Ríos Valdivia fue condenado por violación.

Sin embargo, la monja todavía no puede vivir tranquila, según le contó a TVN: "He tenido que callarlo, he tenido que disimular que todo está bien, he tenido que tragarme mis lágrimas, he tenido que estar ocultando cosas que me aterran".

Y culpa a una institución que ella consideraba "mi única familia" y que la abandonó: "La Iglesia, a la que he defendido siempre como una leona". Por eso, Francisca demandó al arzobispado de Santiago y a las hermanas clarisas capuchinas.


La respuesta de la Iglesia

Desde el arzobispado niegan que el actual cardenal Ricardo Ezzati estuviera al tanto de la situación.

"El obispo no se mete en mucho detalle de la vida interna, ordinaria y cotidiana de las monjas", asegura Jorge Concha, obispo auxiliar de Santiago, entrevistado por 24horas.

Desde la principal sede de la Iglesia católica en Chile aseguran que se enteraron del caso cuando les notificaron la demanda y que nunca fueron informados anteriormente ni por la afectada ni por la madre superiora. Sin embargo, Francisca duda de esa versión.

Asegura que incluso dos abogados del arzobispado, que le mandaron "saludos del cardenal", la visitaron previamente junto a "sus hermanas" para conversar de su renuncia. "Me sentí tremendamente intimidada", dijo  la hermana.

Por su parte, desde el Vaticano no han hecho comentarios sobre el caso.




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