29/05/2016

Tucumán

Recitales

Atomizar la butaca y brillar: El Cuarteto de Nos en el teatro Mercedes Sosa

La banda uruguaya toco una vez más en la provincia ante una sala repleta, en un concierto de rock de punta a punta.
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El Cuarteto de Nos se anima a los teatros en su gira por Argentina. (Foto de Abel leguizamón).

La recomendación de no tomar fotos utilizando en flash es deliberadamente ignorada apenas se oscurece el teatro Mercedes Sosa, pero no importa porque el destello de las luces del escenario puede más que los de los celulares, y El Cuarteto de Nos da inicio a su show con ‘Buen Día Benito’, su himno anti bullyng interpretado por un Roberto Musso encapuchado, como si fuera un ladrón o terrorista que viene a vengar a todos los nerds, porfiados, gorditos, marginados, despedidos o ignorados.


 El show siguió con ‘Lo malo de ser bueno’ y ‘Nada es gratis en la vida’, antes que la banda pueda intercambiar sus primeras palabras con el público, “Recién podemos recuperar el aire” dijo Roberto al saludar. Luego, Santiago Tavella, el otro “líder” del Cuarteto tomó la posta para interpretar ‘Enamorado Tuyo’, la primera de sus intervenciones –más adelante vendrían ‘Pobre papá’ y ‘Whisky en Uruguay’- en las que demostró sus dotes de rockstar calmo y a la vez sensual (“Soy una buena combinación, de Homero Simpson con Rolling Stone” dice Andrés Calamaro en la letra de su tema ‘Sexy y barrigón’).


En este pasaje cabe resaltar que es reconfortante y simpático ver los pasos de baile tan torpes como graciosos tanto de Tavella como de Roberto Musso cuando asumen su rol de frontman, y hasta del tecladista Santiago Marrero de tanto en tanto, confirmando que son tan nerds como afirman en sus canciones (reíte nomás de un nerd por antojo)


Desde la edición de su álbum ‘Raro’ en 2006, El Cuarteto de Nos es una máquina de producir éxitos y con la misma impronta avanzó su recital, esta vez acompañado por un sonido óptimo y un entorno inmejorable, ya que el Mercedes Sosa estuvo casi repleto, con la mayoría de los sectores totalmente vendidos. Aquí una mención de honor para los empleados del Teatro que se pasaron la noche corriendo por los pasillos para ayudar a la enorme cantidad de gente a encontrar sus butacas antes y durante el show.


La fanaticada del Cuarteto en Tucumán es mucha y se hace notar, sonaba extraño ir a ver un concierto de rock en un teatro, sentados en las butacas, sin embargo la apuesta terminó siendo más que acertada, no solamente porque esto permitió escuchar mejor las canciones, sino que también porque muchos chicos pudieron disfrutar del espectáculo con sus padres (la banda tiene fans de todas las edades) y además porque “el calor “ de la gente –del que habló Musso en más de una oportunidad- se hizo sentir todo el tiempo.


El primer gran momento de la noche llegó con ‘Habla tu espejo’, la canción que da nombre al último disco, en la que los celulares y las manos se levantaron por sobre las cabecitas del público en la sala.


Después, bombo legüero en mano, el batero Álvaro Pintos propuso una competencia entre los distintos sectores del público como preludio a ‘Todos pasan por mi rancho’. Otro de los momentos más celebrados (y filmado y fotografíado y cantado) fue la canción ‘No llora’, que Musso escribe para su hija, momento en el cual al mirar al costado, en otra de las butacas, sobre el regazo de su papá bailaba una nena de no más de dos años que sonreía con toda la cara (la nena no llora, ay, pero el cronista).


El tecladista, y multifunción de la banda, Santiago Marrero, compartió las voces  con Musso en ‘Mírenme’, al mejor estilo Beastie Boys, dándole además al cantante ese auxilio que se hace evidente necesita (muy de vez en cuando) con esas canciones de fraseos imposibles.


El rock es desmadre, y la cosa se desmadró en el momento justo. De a poco los más inquietos habían ido ganando los pasillos laterales del teatro, pero ya nadie pudo quedarse sentado con la tremenda seguidilla de ‘Ya no sé qué hacer conmigo’, ‘El hijo de Hernández’ y ‘Miguel gritar’, que desataron el pogo que la música venía pidiendo desde hace rato. El falso cierre llegó con ‘Invierno del 92’, coreada por un público que ya hacía rato había olvidado el frío de afuera y bailaba en su propio calor.


“Vamos arriba” dijo Musso como buen uruguayo antes de tocar ‘Me amo’ y la archiconocida ‘Yendo a la casa de Damián’, la última de la lista de temas y del show, interpretada a puro rocanrol con el guitarrista Gustavo “Topo” Antuña tirado en el piso de la pasarela del escenario haciendo un solo épico.


Antes, entre los agradecimientos por el cariño recibido, ya habían prometido un regreso y un disco nuevo para fin de año. El del sábado a la noche en el Mercedes Sosa fue sin duda el mejor recital que dio El Cuarteto de Nos en Tucumán. ©eldiario24.com







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